viernes, agosto 10, 2007

La Revolución Autonomista y Constitucional por Miguel Roco.

La Junta de Gobierno generada a raíz del Cabildo abierto del 18 de Septiembre y que tuvo por Presidente al mismo Gobernador interino, Conde de la Conquista, vino a consagrar el triunfo y el renacimiento de la doctrina tradicional de la participación del pueblo en la génesis del poder, frente a la postura absolutista de raíz francesa imperante desde hacía un siglo; e igualmente significó el afianzamiento de la antigua concepción patrimonial de la monarquía sobre a idea unitaria nacional que sostuvieron los Borbones y procuraron mantener la Junta Central y el Consejo de Regencia”.[1]

Para comprender la trascendencia de la doctrina tradicional y de la antigua concepción patrimonial de la monarquía debemos remitirnos al plano comparativo, con las concepciones que se esgrimían en esos momentos por los llamados “regalistas”, sección que busca mantener el poder real en el sitio que hasta ese momento había ostentado.

Estos cambios se producen en un contexto, ese es comienzos de siglo XIX, en España se produce una acefalía monárquica, en la cual Fernando VII, legitimo sucesor a trono real, se encuentra sin control sobre su reino. Por lo tanto, ante la falta de la autoridad, aparece una antigua ideología, la “soberanía popular”, por la que el pueblo toma el control de su destino; consagrada dentro de la doctrina tradicional esta es presentada por José Amor de la Patria, en el Catecismo Político Cristiano, al decir que “el pueblo que ha conferido a los reyes el poder de mandar, puede, como todo poderdante, revocar sus poderes y nombrar otros guardianes que mejor correspondan a la felicidad común”, ya que, el poder viene conferido desde Dios al pueblo y este dentro de la búsqueda de la felicidad, este se lo confiere al Rey. Pero, aquí se presenta una diferencia trascendental entre esta postura y la presentada, raíz absolutista francesa, la cual debía su razón de ser a la idea de la legitimidad real en base Dios, éste era quien otorgaba el poder al Rey (la potestad) y por lo tanto los súbditos debían mantenerse sumisos y conservarse, los que no pertenecían a la metrópoli, como colonias que no tenían por qué.

El problema de la génesis del Poder, que por un sector estaba resuelto hacia la postura borbónica (la metrópoli) y la otra residida en el pueblo (América) tuvieron su choque entre élites que querían el poder. En ese sentido, por el lado americano, se intentó afianzar esta idea de soberanía por medio de textos pedagógicos como el Catecismo Político Cristiano (antes mencionado) o El diálogo de los porteros al cual quiero remitirme ahora:

Este texto, de don Manuel de Salas trata sobre la conversación entre Quevedo (el portero del Cabildo) y Argote (portero del Cabildo):

“Quevedo: En hora buena; lo creo porque es muy natural; pero eso será bueno para los empleados. ¿Y qué me dirá usted de los españoles europeos, que tanto repugnan la Junta? Estos no tienen empleos que sostener y son muy fieles.

Argote: Sí, lo serán; pero advierta usted que los que no tienen empleos, tienen una opción declarada a ellos, tienen derecho a la preferencia en todo sobre los naturales, y quieren conservar aquel predominio que les han dado nuestra moderación y la indiscreta hospitalidad. Por no perderla, desearían que nos sometiésemos a los franceses, para que siempre pendiésemos de la tierra santa. Sienten que con este motivo se haya aclarado que nosotros somos vasallos del Rey de España, pero no de la España sin su Rey, que ellos han vendido; juramos a Fernando y no a José, ni a otro que ocupe violentamente el solio. Miran con dolor una reforma que fijará el gobierno en manos nacidas en el país, y que necesitarán para hacerse dignos de la confianza pública de un patriotismo, instrucción y demás virtudes que ellos no tienen. Observan que la variación en el comercio va a privarlos de aquel monopolio que los enriquecía a costa de hacernos andar desnudos, o de poner la ley al fruto de nuestro sudor y de mantenernos en la ignorancia, pereza y vil sumisión”[2]

Aquí Quevedo dirige unas preguntas a su interlocutor sobre la legitimidad de la Junta, ya que, si bien la postura común de repudio a la idea de origen francés era basada en la corrupción en el poder, el uso de la fuerza (planteado por el Catecismo) y sumisión por medio de la ignorancia general y el miedo; el portero del Cabildo habla de la molestia también generada por el común de las personas y cómo se argumentaría entonces la soberanía popular; y la justificación está en que si bien es sabido que hay en ciertos espacios cabida a los criollos, es principalmente en los peninsulares donde hay mayor afluencia. Y lo que es más grave: ante la situación de acefalía política, a Chile, se le dejó marginada en la representatividad en la Junta Central y el Consejo de Regencia siendo que los chilenos, no se consideran parte de un pueblo con iguales derechos que ellos y que por una doctrina de origen exterior puesto en la Corona Borbónica, en su antiguo Rey que renunció, el deseado seguía con vida y se pensaba que su retención era temporal.

Además de esta idea, el conflicto con el pueblo español estaba en que el menospreciado pueblo chileno desde el Reglamento de libertad de comercio de 1778 dio al alma con tres potencias una formación bajo las influencias inglesa y francesa, además de la española que ya no unían de por sí al pueblo español sino simplemente al monarca, defendiéndose en una pugna de pertenencia a la Corona no a la Nación:

“¿Por qué (amigos) tanta saña?,/¿el real nombre no acatamos?/Cumplimos lo que juramos,/mas no juramos a España./Ustedes con harta maña,/mandarnos quieren ahora;/mas su nación no mejora,/o la /España está mal quista,/pues siendo toda Conquista,/será Asturias la señora”[3].

El primer y segundo verso responden a la afrenta a la monarquía por la cual son acusados y que, viendo desde su punto de vista, no es real ya que no existe un precedente que afirme tal inclinación, es más, en todos sus textos esbozan la esperanza hacia Fernando VII. Aquí reprimen en falso derecho de la Junta Central y el Consejo de Regencia de ejercer sobre el pueblo americano ya que no son aparte de su realidad, en el sentido de legitimidad jurídica y que por ello, en su caso, era factible la creación de juntas más localistas y crear una constitución para hacerse más autónoma y dirigir el gobierno con una organización adecuada a la espera del deseado.

Lo más potente en este sentido es la afirmación del precedente de Asturias como la señora de la Conquista, y eso se debe a que, el último monarca borbón: Carlos IV ejerció su mandato como una especie de títere de gobierno, por lo que personajes como Godoy se hicieron poderosos y corrompibles.

La razón de que por qué el Absolutismo no logró internarse en la mentalidad americana es porque realmente es difícil romper con el arraigo de una línea doctrinaria cuando no está impuesta propiamente tal por un mandato o cualquier método artificial de instauración, sino cuando pertenece a una raza, a una fuente jurídico-filosófica española que se remonta a la conquista; definiendo el alma de esta, haciendo, por lo mismo, poco necesarios los conceptos de libertad, limitación de poder y participación del pueblo en la vida política y convirtiéndolos en una adaptación más que una adopción de algo a lo cual no se sienten pertenecer.

21 de Abril de 2006.-

[1] Eyzaguirre, Jaime; “Ideario y ruta de la emancipación chilena”, Ed. Universitaria, Santiago de Chile, 1980, Pág. 115.

[3] Eyzaguirre, Jaime; “Ideario y ruta de la emancipación chilena”, Ed. Universitaria, Santiago de Chile, 1980, Pág. 99

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Del Estado a la Nación: mirada desde el Constitucionalismo

La Constitución de 1822 fue un documento mucho más complejo en todo sentido y, de hecho la primera Constitución de “Cuerpo entero en la historia chilena”. Estipulo una legislatura bicameral normal, cuya cámara baja había de elegirla el pueblo. Durante los recesos parlamentarios, un consejo de representantes debía cumplir las funciones de la legislatura frente al Director Supremo. La Constitución instituyó además un mecanismo electoral adecuado, que empero nunca se puso en acción”[1]

Para explicarnos esto debemos ir a la fuente de todo el movimiento, se remonta ha la Constitución de Cádiz de 1812, por lo tanto, primero estamos hablando de un moviendo de la “Ilustración Española”, en los años de la acefalia monárquica de 1808, en donde el pueblo español busca llenar el vació de poder, a través de una forma de administración nueva (administración para búsqueda de la “felicidad”[2]), las Juntas Provinciales, las cuales se presentan como autónomas y soberanas. Estas al haber pasado cuatro años de “orfandad política”[3] y ostentación de la soberanía, se sintieron con suficiente fuerza para presentar un nuevo proyecto de administración política, dejando de lado la “tradición consuetudinaria”[4], promulgaron un texto legal,“la Constitución”[5], la cual según estos “será el soporte de nuestras inmunidades”. Con esto se referían al resguardo que esta produce con la prescripción de los derechos fundamentales del hombre, en un escrito legal el cual debía ser jurado por el Monarca, con lo cual España pasaría a ser una “Monarquía Constitucional”. Esta en dura hasta 1814 cuando Fernando VII vuelve al trono, quién esta dispuesto a mantener la política que había regido desde Felipe V, en la instauración de la Casa de los Borbones, la “Monarquía Absoluta”, con esto se acaban las esperanzas de los liberales españoles, estamos hablando de los primeros pasos del movimiento constitucionalista.

En Chile mientras tanto, se presenta la oportunidad del autonomismo, sin cabeza visible en España los territorios están en disposición de su soberanía. Para resguardar los derechos del Monarca se crean dos “Reglamentos Constitucionales”[6], en los cuales se jura fidelidad a Fernando VII, estos son los de 1810 y1812. La idea constitucionalista fue presentada en el discurso de Martínez de Rosas[7] en el Cabildo Abierto de 1810, este dijo “que los españoles buenos estaban formando una Constitución que les daría una base sustentable”. Esto nos lleva a esquematizar el asunto para compréndelo mejor, en el periodo de la “Patria Vieja” hay que señalar tres documentos importantes referentes al Derecho Constitucional: 1) “El Acta del 18 de septiembre de 1810”, en esta se presentan las bases del autonomismo, en el cual siguiendo el ejemplo del Gobernador de Cadiz; el Gobernador interino Mateo de Toro-Zambrano, entrega su autoridad en el pueblo, este decide gobernarse a través de una Junta, presidida por Mateo de Toro-Zambrano junto con seis vocales más elegidos de entre los Diputados de todas las regiones. 2) “Reglamento Electoral de 1810”, redactado por el Cabildo de Santiago y promulgado por la Junta, conceda el derecho a todos los mayores de 25 años, con algunos requisitos, distribuyendo los asientos conforme la proporción de votantes en los distintos “partidos” o circunscripciones territoriales. 3) “Reglamento Constitucional de 1811”, el 14 de agosto de 1811, el Congreso ordenó poner en vigencia un “Reglamento para el arreglo de la Autoridad Ejecutiva Provisoria de Chile”, el cual consagra en el Congreso como único depositario de la voluntad del reino, se constituía de una Junta de tres miembros denominada “Autoridad Ejecutiva Provisoria de Chile”. Luego en los Golpes sucesivos de Carrera aparece por influencia del Cónsul norteamericano Joel Robert Pionsett el “Reglamento Constitucional Provisorio de 1812”, el cual entrega el 11 de junio de 1812, en el se presentan distintos puntos de interés como el derecho constitucional reside en el pueblo y es él quien delega sus facultades en el Congreso, la religión oficial chilena será la católica apostólica (problema de lo “romano”), ningún decreto, orden u providencia que emane de cualquiera autoridad o tribunal de fuera del territorio de Chile tendrá efecto alguno y los que intentaren darle valor serán castigados como reos del Estado.

Todos estos textos jurídicos, junto con “Reglamento electoral de 1813”, “Trabajos Jurídicos de don Juan Egaña”, “Reglamento Constitucional de 1814”, “Constitución Provisoria de 1818”, etc. Son fundamentales para comprender los sucesos que se presentan con la elaboración de la “Constitución Política de 1822” documento mucho más complejo, de hecho, es la primera constitución de cuerpo entero, fue concebida por la llamada “Convención Preparatorial”, se presento el proyecto el 7 de octubre por la Comisión de Legislación y que tenía como verdadero autor al Ministro José Antonio Rodríguez Aldea. Se promulga el 30 del mismo mes, se manifiesta en esta que la inspiración viene de Rodríguez Aldea y de la Constitución Española de 1812 promulgada por las Cortes de Cádiz y algunas disposiciones de la Constitución Provisoria de 1818. En esta se establece la separación de los poderes del Estado: el ejecutivo representado por el Gobernador Supremo cuya duración era de seis años, se podía reelegir por otros cuatro y su nombramiento correspondía al Congreso pleno (con esto O´Higgins quería asegurase otros diez años); el legislativo por el Senado y una Cámara de Diputados, la primera conformada por ministros, de Estado, Obispos, Juristas, Militares, Ex Directores etc. y el segundo, eran designados por electores sorteados en cada circunscripción municipal, en número uno por cada mil habitantes, se votaba un Diputado por cada quince mil habitantes; el judicial en cabezado por el Tribunal Supremo de Justicia y una Cámara de Apelaciones. El resto de los artículos nos cuenta como se va formando estructural mete el aparato burocrático estatal y las atribuciones de sus funcionarios, fuera de los derechos inalienables del hombre y del ciudadano.

Con esto podemos darnos cuenta que la conformación del Estado chileno se fue dando, a través de una evolución de orden legislativo constitucional. Por esto la importancia del estudio del Constitucionalismo Chileno, ya que “primero se forma el estado y luego la nación”, esto se explica porque en el caso americano todos éramos españoles, tanto criollos como mestizos, indígenas o peninsulares, compartíamos la misma nacionalidad, pero la distancia y la experiencia vivida nos pasó la cuenta, y nos transformo en dos culturas diferentes, las cuales por la coyuntura antes mencionada, quedaron sin su cabeza visible y tomaron rumbos separados. En el caso chileno este se distinguió del resto de los territorios americanos, no por una diferencia étnica, que en cierta razón si existía[8], sino más bien por la división territorial que la Corona Española había establecido. Y fue la Constitución la que finalmente termino uniéndonos como nación, ya que nos delimito un territorio donde podíamos ejercer nuestra soberanía, para mostrarle al mundo que el Estado Chileno era, aunque suene redundante, “soberano”.

26 de Mayo de 2006.-

[1] Simon Collier “Ideas y Política de la Independencia Chilena 1808-1833” Pág. 231

[2] Concepto utilizado por don José Amor de la Patria en el Catecismo Político Cristiano para representar los deseos de prosperidad y desarrollo de todo pueblo, es lo que hoy se conoce como el “bien común”, que es la finalidad del Estado Moderno.

[3] Concepto utilizado por el Profesor Lorenzo para expresar, la toma de conciencia de la acefalia monárquica y la necesidad de crear una forma de administración de la soberanía o gobierno.

[4] Concepto referente al derecho no escrito, o sea, al derecho dado por la tradición oral.

[5] Constitución ley fundamental, escrita o no, de un Estado soberano, establecida o aceptada como guía para su gobernación. La constitución fija los límites y define las relaciones entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial del Estado, estableciendo así las bases para su gobierno. También garantiza al pueblo determinados derechos.

[6] Reglamentos Constitucionales son textos en los cuales se resguarda la pertenencia de los territorios americanos al Monarca Español, en estos se crea un gobierno provisorio que se preocupara del bienestar del territorio.

[7] Juan Martínez de Rosas es el representante oficial, por así decirlo del movimiento Constitucionalista en Chile, esto se denota en las discusiones que sostiene con José Miguel Carrera sobre la forma por la cual darle organización al país, el primero aboga por la vía de la “Reglamentación Constitucional” y el segundo por la vía militar.

[8] Las diferencias si existían en cuanto a la procedencia y las características culturales de las distintas etnias indígenas con la cuales se mezclaron los españoles, en el proceso denominado “mestizaje”.

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Motivación de Alejandro para la conquista de Persia

"Lo que me gusta de Alejandro Magno no son sus campañas, de las que no podemos formar un claro concepto, sino su arte de política. A los 33 años dejó un imperio inmenso y bien organizado, que sus generales se repartieron luego. Había logrado aprender el arte de granjearse la estima de los pueblos a los que había vencido. Tuvo razón en mandar asesinar al tonto de Parmenio, que le echaba en cara su abandono a las costumbres griegas. Su visita a Amón constituye una hazaña política; se ganó a Egipto de esta manera. Si yo hubiese permanecido en Oriente, me hubiera ido de peregrinación a La Meca, me habría arrodillado y hubiera hechos mis rogativas. Pero sólo habría hecho todo esto si hubiese valido la pena”[1]

Napoleón Bonaparte (1769-1821) Carta al general Gourgaud

Su figura, su poder, su imperio todo ha cautivado tanto a los historiadores como escritores, he incluso en esto último años a Hollywood, contando la Historia de uno de los más grandes generales griegos, que ha querido ser imitado por todos los Imperios, y que llaga ha ser considerado no sólo un rey griego sino que un Sha, líder y dueño de todo el oriente.

Alejandro III, hijo de Filipo, rey de Macedonia, sólo vivió 33 años -entre 356 y el 323 a.C.-, pero su huella ha permanecido inamovible en la memoria de los hombres. Conquistador del imperio Aqueménida fundado por Ciro el Grande, vencedor de Darío III, primer europeo que bañó sus pies en el Indo y estratega genial, su figura no se hubiera hecho tan legendaria de no verse orlada por unas dotes personales casi sobrehumanas y un espíritu que albergaba una sed de conocimientos y un afán de aventura imposible de saciar. Sin esas condiciones, jamás hubiera podido apoderarse en apenas ocho años de una extensión de más de 10 millones de Km2.

Su proeza más famosa de Alejandro Magno fue la conquista de Persia, que todo el mundo conoce, sin embargo, casi nadie conoce la mayor y más difícil campaña militar, “la marcha a través del desierto de Gedrosia, que culminó con un auténtico momento estelar de liderazgo. Esta travesía a través del desierto fue la prueba más dura que tubo que sufrir el ejército, ya que de los 40.000 hombres que siguieron a Alejandro Magno a través del desierto, a penas salieron 15.000 hombres inseguros, y anímicamente rotos entraron en Kermán”[2]. Con esto se nos plantea una pregunta muy importante, ¿cuáles eran lasa razones de Alejandro Magno para esta empresa?, la respuesta parece ser muy sencilla, pero nos lleva a preguntarnos sobre la misma naturaleza del hombre, la que lo lleva no sólo ha recorrer miles de quilómetros por lugares inhóspitos sino que además a luchar contra enemigos que representan una amenaza latente por su poderío. Es asó como el poder y la sed de gloria pasan al lado cuando comprendemos que el conflicto con el oriente lleva varias generaciones de muertos y que el poder de los Sha, es tan grande que si toma desprevenidos a los griegos puede acabar con ellos, en otras palabras el motivo mayor de todo esto, es el deseo de seguridad, el que hace que se movilicen los ejércitos y se unan los distintos pueblos griegos bajo una sola causa, que es la de eliminar al enemigo más fuerte, deseo que se encuentra de tras del poder y la gloria, y que en tiempos de Alejandro Magno estaban a la luz, y se hacían de manera abierta.

Fuera de esto, la mentalidad griega del periodo, gusta del héroe homérico que pede contra cualquier adversidad, y triunfa por el deseo de los dioses, por lo cual el desierto de Gedrosia, se presentaba como una aventura gloriosa, como la culminación de la vida, como la posibilidad de una muerte gloriosa, en definitiva, como un desafío heroico donde poder conseguir la inmortalidad (recordar aquí que la inmortalidad era el sumun del héroe homérico, y Homero era la lectura preferida de Alejandro).

Ahora iremos desglosando las victorias de Alejandro y buscando las razones por las cuales fue tan trascendente para el la Conquista del oriente[3].

Alejandro se embarcara en tan peligrosa empresa, la confirmación de la seguridad, que la entendemos la adquisición del poder absoluto y la supresión de todo probable contrincante, y para reconocer esta situación debemos retroceder a las primeras batallas, después de la muerte de su padre, Alejandro aún muy joven, tuvo que hacer frente a un grupo de cortesanos que no eran partidarios del nuevo rey. Actuó sin condescendencia, eliminando a los especialmente peligrosos como Atalo, tío de la esposa macedonia de Filipo, o su primo Amintas. Lo que vemos, es que esto sucede tanto para las relaciones de poder internas como externas de naciones. Obtiene la victoria al ser apoyado por los militares fieles a él, por el apoyo fundamental de su madre, una vez sofocados los problemas sucesorios, Alejandro se dispone primero a fortalecer la frontera norte, donde unos bárbaros procedentes de Centroeuropa amenazaban la integridad territorial del reino macedonio. A pesar del mayor número de las tropas enemigas, Alejandro acabó con ellos de manera fácil, poniendo de manifiesto su valentía y su capacidad estratégica.

Pero, dentro de los juegos del poder impera sólo la ley de más fuerte que deja a la diplomacia como un discurso obsoleto, y transforma los intereses en movimientos militares, es así como los griegos al apreciar en la muerte de Filipo una oportunidad para deshacerse del yugo macedonio, erigieron una rebelión con cabeza en Tebas, que buscaba aprovechar que el heredero al trono macedonio era un joven e inexperto príncipe. Alejandro se dispuso a hacer frente a los opositores, poniendo en marcha una campaña contra Tebas, arrasando la ciudad, y Atenas. Lo que deja a los 20 años, un Alejandro que ostentaba los cargos que anteriormente eran de su padre: Comandante Supremo de la Liga Helénica, Comandante en Jefe de la Liga de Corinto y Presidente de la Liga Tesalia. De esta manera se ponía de manifiesto que el joven rey era el dueño absoluto de Grecia, continuando la política expansionista de su padre, de quien heredó la inteligencia política y la energía. Con la consolidación de su poder, o sea, de la seguridad interna, otro enemigo, que no tan sólo lo presionaba con su energía e influencia a él, sino que el reinado macedonio.

La fuerza bélica es el elemento fundamental en el momento de decidir cuando los intereses se transforman en posibilidades, y después de la rebelión, las tropas estaban dispuestas para la lucha, nos referimos a las temidas falanges macedonias, constituidas por aguerridos y fieros combatientes en formación compacta, armados con lanzas de casi cinco metros, la poderosa caballería y los contingentes de tropas auxiliares estaban preparados para ponerse a disposición de su rey, que iría al frente de ellas, participando en la batalla como un combatiente más.

El siguiente objetivo del rey macedonio es la conquista de Asia, teniendo en los persas a un enemigo histórico. El proyecto ya estaba en la mente de Filipo, quien había establecido posiciones en los territorios de la Tracia y el norte del mar Egeo, excelentes puntos de partida para futuras expediciones. Alejandro cogió el testigo y convenció a las demás ciudades helénicas de los beneficios de la empresa asiática, dotando la campaña de un significativo panhelenismo[4].

Fuera de las razones puramente políticas la conquista de los territorios del Imperio Persa solventaría buena parte de los problemas de la población helena, a la vez que se vengarían las afrentas sufridas a manos de los persas en el siglo V a.C. Con lo cual vemos que las razones económicas y pasionales también afectan las decisiones militares, los intereses de Alejandro no eran tan sólo el poder (como riqueza) y la gloria, tantas veces mencionada, sino que cosas menos racionales como la venganza guían no tan sólo sus decisiones, sino que también el deseo de su ejecito.

En la primavera de 334 a.C. Alejandro salió de la ciudad de Pella, capital de Macedonia, y durante once años se dedicará a conquistar todas las regiones de Asia, una de las empresas más complicadas de la Historia Antigua. Antípatro queda como regente de Macedonia, provocando una manifiesta tensión con Olimpia.

El ejército de Alejandro estaba constituido por unos 19.000 infantes y 4.000 jinetes, a los que debemos sumar 7.000 arqueros y 900 unidades de tropas auxiliares. El Imperio Persa contaba con un ejército infinitamente superior; unos 50.000 mercenarios griegos y más de 30.000 soldados procedentes de las levas, junto a la famosa guardia personal del rey, llamados los diez mil inmortales, y las tribus de las montañas. Las provincias imperiales más alejadas estaban controladas por puestos fortificados y los recursos imperiales eran casi ilimitados, producto del ajustado engranaje de la maquinaria política y administrativa persa.

A pesar de las contundentes diferencias, Alejandro obtendrá la victoria.

Las tropas helénicas llegaron a Asia Menor con la confianza de contar con la ayuda de las ciudades griegas ocupadas por los persas desde hacia bastante tiempo. Sin embargo, en estas ciudades se había producido una significativa prosperidad económica que era amenazaba con la llegada de las tropas de Alejandro. Esta es la razón por la que en ciudades como Mileto o Halicarnaso el monarca helénico se encontró con una encarnecida resistencia hasta su definitivo sometimiento.

La primera victoria sobre los persas tuvo lugar en la batalla de Gránico, en el mes de junio de 334. Alejandro obtenía además una importante victoria moral y el apoyo de algunas ciudades griegas de Asia. La campaña no había hecho nada más que empezar.

Es así como no sólo aspectos externos al mismo Alejandro como los que hemos mencionado afectaron su decisión invadir Persia, sino que también la influencia de su madre por el destino que los dioses del tenían preparado, además de la educación con la cual fue entrenado, esta fue la esmerada educación de un príncipe heredero, bajo las órdenes de un preceptor sin igual, el famoso filósofo macedonio, Aristóteles (384-322 a.C.) hijo del médico del padre de Alejandro, que de joven fue educado en Atenas, donde fue alumno de Isócrates y de Platón. Puso mucho afán en estudiar: Matemáticas, filosofía, política, historia, ética, literatura (era conocida su faceta poética y que con la expansión territorial que durante su vida creó, también expansionó la cultura helénica), geografía, medicina y sus materias favoritas, el arte de la guerra y el atletismo- en su tiempo de adolescente era conocido por ser un gran atleta-. Quería seguir los pasos de las leyendas de grandes héroes del mundo helénico como era seguir la figura de su padre Filipo (Philippos). Según historiadores y escritores de su época, Alejandro Magno tenía un carácter muy fuerte, serio, ambicioso, testarudo, descarado, hábil y audaz; quiso siempre imponer su voluntad sin dejarse dominar por conspiradores y por la gente que no le quería. Además de ser un viajero nato que amaba tanto las aventuras como a las mujeres y que por ello, también era muy conocido. Hacia el 329 a C su carácter empieza a cambiar considerablemente. Tal vez, llevado por el cansancio y el estrés; el estar lejos de su patria, el estar siempre de guerra y conquistando territorios sin pausa. Según los estudiosos sobre Alejandro Magno, consideraron que fue entonces cuando empezó a sufrir problemas de razonamiento que le llevaba incluso a estar siempre irritado o mismamente a llegar a librarse de todo aquel que se interponía en su camino.

El triste final de Alejandro Magno llegaría el día 13 de junio del 323 a.C., cuando muere en Babilonia por la picada de un mosquito que le contagió de Paludismo unos días antes durante una fiesta. Cuando regresaba de su expedición al valle del Indo (próximo al Himalaya), cayó gravemente enfermo con fiebre alta; pocas horas después moriría. Su cuerpo sin vida fue trasladado en una gran carroza hasta Alejandría (Egipto) donde fue enterrado con todos los honores de un gran rey. Desde el año 333 a.C. hasta la fecha de su fallecimiento, pasaron diez años en que no pudo pisar su tierra natal, siempre de campaña. En Macedonia le sucedió en el trono Filipos Arrideo, un hijo ilegitimo de su padre y que reinó hasta el año 317 con la ayuda de su sobrino Alejandro IV. Fue asesinado por su cuñada Olimpia, madre de Alejandro Magno. En el poder le sucedieron sus generales: Seleuc, Antígon, Ptolomeu, Casandro y Lisímac. En vida llegó a crear unas 70 ciudades, destacando su favorita, Alejandría; unificaría la moneda y el comercio y abriría nuevas rutas y carreteras; crearía canales para el riego de la agricultura de su imperio y extendió sus territorios hacia Oriente, creando un gran imperio poderoso.

Lo cual nos demuestra que la persecución del poder absoluto sólo trae la desgracia absoluta, finalmente el poder consume al poderoso, en la búsqueda de mantener y aumentar dicho poder. El disfrute que finalmente Alejandro tuvo de sus conquistas y riquezas sólo fue disfrutado por los habitantes de Grecia, ya que para Alejandro sólo llego el descanso cuando su cuerpo viajaba hasta el Eliseo.

Las motivaciones de Alejandro nos son solamente una cosa de poder y gloria como he visto mencionado en muchos trabajos sobre el tema, sino que va más allá, es una cosa personal, cultural, intelectual, que nos lleva hasta los mismos deseos de este por igualar la imagen de los Héroes que le rondaban por la cabeza, y la grandeza que necesitaba para transformarse en algo más grande que ser líder de los griegos, ser el protector del Mundo.

27 de Noviembre de 2006.-

Bibliografía:

  1. Charles L. Redman “Los Origenes de la Civilización Editorial Crítica. Barcelona, España. 1990.
  2. Antonio Tovar “Historia del antiguo Oriente” Editorial Montaner y Simón. Barcelona, España. 1963.
  3. Alvar, Jaime o Blázquez, José María “Alejandro Magno: hombre y mito” Editorial Actas, Madrid, España, 2000.
  4. Plutarco. “Vidas paralelas” Serie Biblioteca Clásica Gredos, Edición Gredos, Madrid. España, 1996.

Webliografía:

  1. http://ar.geocities.com/cayocesarcaligula/Clasicos_Grecolatinos/plutarco.htm
  2. http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/personajes/4186.htm
  3. http://fnino.eresmas.com/
  4. http://html.rincondelvago.com/alejandro-magno.html

[2] Alejandro Magno, Triunfador del Desierto” http://html.rincondelvago.com/alejandro-magno.html

[3] La cual será obtenida de http://www.artehistoria.com y comparada con la bibliografía.

[4] El panhelenismo es un movimiento cuya meta es crear un "Gran Estado heleno" concebido como una unidad política, es decir, un Estado que una a todas las naciones que, en su totalidad o en su mayoría, estén habitadas por pueblos de lengua y etnia griegas. Ya desde la antigüedad hubo figuras que apoyaron el ideal panhelénico, en un momento en que, si bien había cierto sentimiento de unidad frente a enemigos comunes, cada región dependía de polis a menudo enfrentadas entre sí en guerras intestinas. Tales fueron los casos de Isócrates, Filipo II y Alejandro Magno.

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Valparaíso hacia la sociedad moderna por Miguel Roco

La sociedad chilena en el Siglo XIX estaba muy atrasada con respecto a los movimientos que estaban sucediendo en estos momentos en Europa por la lejanía y el aislamiento que nuestra geografía nos da del resto del mundo, pero Valparaíso es la excepción con su condición de puerto principal de la región, superando al Callao, fue el centro de la economía del país y de las novedades que pisaban nuestra tierra, estas eran traídas por extranjeros, de preferencia ingleses, que ocupaban la ruta del Cabo de Hornos para traer sus mercaderías a las costas del Pacifico.
A partir de esto nuestro puerto se comienza la expandirse no solo económicamente sino que también poblacional y geográficamente, para esto debemos notar las cualidades que los habitantes del puerto tenían para que este nuevo sistema de vida funcionara, primero que se trata de una sociedad que no arrastra el peso de una estructura social preestablecida que detenga con sus pensamiento conservadores los aportes que los migrantes traen a la sociedad, por lo tanto no tienen prejuicios sobre los cambios que estos pueden producir lo traído de fuera, estos migrantes son un grupo seleccionado, por su capacidad dinámica, ya que no cualquiera se va a vivir a las ciudades, solo los que tienen un horizonte más amplio y ganas de surgir, estos son el su mayoría hombres jóvenes que venían a trabajar; el segundo punto nos muestra el resultado de lo que se ha obtenido en Valparaíso con este éxito económico es que nuestra sociedad sea la primera en el país incluso antes que la de Santiago, es la clase media, que comenzó a nacer en el país solo a comienzos del Siglo XX, esto fruto de los enormes y acelerados cambios a los que esta expuesto el puerto, este clase se caracterizó por privilegiar el desarrollo personal elemento tan propio de la actividad privada; y el tercer punto y el más importante fue la presencia extranjera que fue fundamental para el desarrollo económico, especialmente después del año 1850, de lo más importante que se puede rescatar son los alemanes e inglese que participaron en las actividades comerciales como agentes, empleados de empresas o bancos, empresarios o profesionales independientes, sin olvidar la participación de los franceses que se concentraron en los negocios de mediana dimensión, un elemento que no se puede olvidar, es la puerta siempre abierta que tubo nuestra sociedad para con los extranjeros que llegaron a nuestras costas, los cuales llegaban en muchos casos a quedarse y casarse con chilenas, su aporte más significativo estuvo en la creación de industrias de las cuales según Zorobabel en 1886 de las noventa y un industrias que existían solo quince eran chilenas.
Esto nos permite darnos cuenta de que Valparaíso era una joya entre la ciudades chilenas del Siglo XIX, pero eso es gracias a la presencia extrajera en el puerto, no es una política de gobierno ni una creación de nuestra sociedad, ya que nosotros todavía estábamos en pañales, fueron los ingleses los que nos trajeron las mercaderías de Europa, fueron los alemanes los que nos enseñaron química, fue en general la presencia extranjera la que produjo una sociedad moderna en Chile, y por esto la idea que “Valparaíso no nace como un centro urbano que responda a un proceso evolutivo interno, por el contrario, se desarrolla en función de su intima relación con el mundo exterior”, tal como presenta el Profesor Baldomero Estrada en su libro “Doblamiento e inmigración en una ciudad-puerto. Valparaíso 1820-1920”
10 de Junio del 2005.-

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